viernes, 9 de febrero de 2007

57







A Pablo Neruda

Cómo recrear el mundo con un verso
si está teñido de sangre.
La muerte que abriga a su corazón
es parecida a la del toro
cuando brota de su testa
y enloquece a la afición.
Es una muerte violenta.

Cómo escribir un verso
si está labrado con muerte
de muchos muertos anónimos
en un holocausto insensato.
Es un ave del averno
que bailotea y ríe
y enceguece a la luna
su luminosidad plateada
cuando el viento aúlla
y las sombras dejan ver
dentro de sus hendijas
a una luna triste
que llora por sus hijos
muertos.
Es un baile de agonía
en un estertor sin límites.
Es el océano escupiendo tempestades
de odios a través de las nubes.
Son trompetas hirientes.

Cómo escribir un verso
y recrear un mundo
cuando la muerte estila
sangre
y ronda enceguecida en cada hogar
durante esta larga noche
con sus pezuñas
diabólicas.
En la urdimbre de su laberinto
es una cloaca inmunda
de vicios y corruptelas
muy ataviada de pasiones.
-Aquellas pasiones vanas.
Es un potro salvaje
que trota despotricado.
A lo lejos no es más, que
una inmensa polvareda
recubriendo los caminos con tumbas.
Es como el noble bruto en la plaza:
Henchido de su fuerza animal
compite con el matador
la vida que juntos poseen.
A él, lo trajeron maniatado.
El torero, libre llegó.
Y nadie sabe el por qué
el matador quiere saborear
la quimera del triunfo;
mientras el público grita:
-¡Olé!
-¡Olé, torero!
Y la sangre salpica a la afición.
Y la polvareda que deja el potro
salvaje
es el capote que esconde
las dagas asesinas en esta noche
sin luna.
Y revolotea como pájaro.
-El pájaro de mal agüero.
¡Es una noche incierta
en que la vida es un azar,
y la muerte:
Cosa segura!

¡Cómo escribir un verso
lleno de paz y alegría,
florecido de humanidad;
si todavía no entendemos
que la polvareda dejada
por el potro salvaje
y la oscuridad del ave del averno
son el capote ensangrentado
que todos llevamos dentro!


56

Su llegada...
presagia borrascas de sangre
en el alma.

Ya viene el guerrero...
no lo dejen pasar.

La muerte viene cantando a su lado
tormentas de fuego que cubrirán la tierra
y arrasarán piedra sobre piedra
la vida, libertad del hombre.

Ya viene el guerrero...
no lo dejen pasar.

Viene cargado de años
asolando país trás país,
sin que nadie calcule su efecto
en la naturaleza trunca.

Ya viene el guerrero...
no lo dejen pasar.

Hastiado de las sombras de sus víctimas
patea para que lo dejen,
y así pueda andar firme
sobre su victoria.

Ya viene el guerrero...
no lo dejen pasar
que viene cansado de tanto guerrear.

55

Herir al viento
y acuchillar la luna.
Dejar una gota de sangre
en la sonrisa.
Cabalgar trás los ladridos
de los perros
y esparcir la sombra de la angustia.

Amordazar al sol en pleno día.
Secuestrarlo e impedir que deambule
dentro de su entorno.
Apuntalar el cauce de los ríos
con la sangre de sus víctimas.
Dejar que el rencor pise
el aliento de la vida.
Son los signos de un país que desangra
sino tenemos fuerzas para curar las heridas de
la luna
y...
despejar así
el firmamento de los bárbaros!

lunes, 5 de febrero de 2007

53

"Nada me puede pesar.
Sino fuera lo que soy
nada sería."
***

Hermoso, bello,
cuán juventud sedienta,
disfrute lo que pude,
aún del sufrimiento
que como huracán
barría la ilusión del jóven.

Hice y deshice
sin pensar en el mañana,
ya que el presente es voraz
y hay que sentirlo
para saber qué somos.

Quise hundirme
en lo más profundo de la existencia
y conocer así los lamentos desquiciados y tortuosos
que dejarían comprender
la triste condición del hombre.

Arrogante quizá, jugué la vida
en disipaciones vanas,
aburrido del mundo
que me rodeaba inhospito;
y soporté la cruda realidad:
Cuando se vive sin saber vivir,
luchamos después por recuperar el tiempo perdido,
lo más pronto posible;
y nos duele que la muerte llegue
a no dejarnos hacer la libertad
con nuestras propias manos.

¡Sólo se vive una vez!

50

En el firmamento veo una luz
salida desde el fondo del cosmos.
Tiene forma de ave.
En centellas gigantes
expele el calor de la vida.

Un hombre de ojos dorados
y zapatos de hielo,
maneja esa luz
a través del tiempo;
y se yergue animoso
invitándome a ir
hasta el fin de los siglos.
Yo lo miro y recibo
su espada de fuego.
La transformo en una arpa hermosa.
La taño con mis dedos
y la dejo brotar el sonido de la vida.

El ave de alas hermosas,
de ojos dorados,
de aliento de fuego,
responde al sonido
de mí arpa encantada.

Sobre su lomo ciño
mí nuevo futuro
y viajo con la espada
que ahora es canción,
a surcir más fuego
a hombres que nunca
dejen apagar la vida.